Sergio Villarreal Barragán, «El Grande«, quien fuera uno de los altos líderes del Cártel de los Beltrán Leyva, continuó hoy sus declaraciones como primer testigo en el juicio a Genaro García Luna, exsecretario federal de Seguridad Pública, en Nueva York, Estados Unidos de América (EUA).
«El Grande» narró cómo Arturo Beltrán Leyva mandó secuestrar a García Luna en Morelos en 2008, cuando formaba parte del gabinete del entonces presidente Felipe Calderón: Lo llevaron a una oficina donde el capo le dijo al entonces secretario de Seguridad Pública que lo había capturado para mostrarle que nada era imposible para él; le reclamó que no contestara llamadas y que hubiera operativos en su contra, a diferencia del trato que recibía la organización de Joaquín «El Chapo» Guzmán.
Horas después lo regresó al lugar donde lo habían apresado —en la carretera a Cocoyoc— y García Luna siguió recibiendo sobornos mensuales, dijo bajo juramento Villareal Barragán, quien también fue testigo protegido de la Procuraduría General de la República antes de su extradición a EUA en 2012.
En 2008 había estallado una guerra entre las distintas facciones del todopoderoso Cártel de Sinaloa en México: por un lado estaba el clan de «El Chapo» e Ismael «El Mayo» Zambada y por el otro el de los hermanos Beltrán Leyva. García Luna se declaró neutral en el conflicto en una primera llamada con Arturo Beltrán, exacerbando los ánimos del narcotraficante pero sin represalias en ese momento, siempre según la versión de «El Grande».
Más allá de aquel secuestro, «El Grande» aseguró que él y su jefe, Arturo Beltrán Leyva, se habían reunido en varias ocasiones con García Luna desde que era director de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI) y luego como secretario federal de Seguridad Pública, para entregarle millones de dólares a cambio de que este los mantuviera informados de investigaciones y operaciones contra el cártel, de que les permitiera quitar y poner agentes y jefes de esas dependencias en distintas plazas de la República, y de que les compartiera información sobre sus rivales, entre otros favores.
Según Villarreal Barragán, en varias ocasiones García Luna estuvo acompañado de Luis Cárdenas Palomino y de Ramón Pequeño, quienes fueran altos funcionarios y sus cercanos colaboradores durante varios años. Palomino fue director general de Seguridad Privada de la Secretaría de Seguridad Pública Federal y Pequeño fue jefe Antidrogas de la Policía Federal.
En la actualidad Palomino está preso por el delito de tortura, mientras que Pequeño consiguió en 2022 un amparo para que el Gobierno mexicano descongelara sus cuentas bancarias, que habían sido aseguradas como parte de una investigación en conjunto con la DEA por los delitos de enriquecimiento ilícito y lavado de dinero en relación con García Luna.