Aunque posee un par de colores que en muchas especies son símbolo de alerta (rojo y negro), el “cara de niño” es un insecto inofensivo; sus “parientes” lejanos sí son las arañas y alacranes, pero no posee sustancias venenosas y no podría causar más que una mordida con las pequeñas tenazas que tiene alrededor de la boca.
Hay que aceptar que los “cara de niño”, cuyo nombre científico es Stenopelmatus fuscus, son insectos que dan miedo, pero si en algún momento los encuentras en tu casa, no los mates: la UNAM y la Conabio coinciden en que tienen un papel importante en el ecosistema.
¿Qué pasa si me muerde un “cara de niño”?
A los “cara de niño” también se les conoce como “niño fajardo”, “matavenados” o “madre de alacrán”, y en caso de que alguno muerda, no causará ningún daño que ponga en peligro la vida de las personas.
Son insectos que sólo se alimentan de desechos orgánicos, como plantas y raíces. Es importante que estos insectos no se exterminen, pues tienen un papel muy importante en el medio ambiente: ayudan al crecimiento de plantas, gracias a que remueven la tierra y así se oxigena el suelo.
La vida promedio de los “cara de niño” es de un año y su hábitat natural es en la tierra húmeda, aunque en temporada de lluvia suelen verse más. Son insectos solitarios y suelen salir sólo a buscar comida, pareja y otros lugares donde resguardarse.
Los insectos, como el “cara de niño”, los grillos, arañas, cochinillas y otros, son una parte fundamental del ecosistema, y juegan un papel importante en la polinización de las plantas y en el control de plagas.
Por esta razón, es importante no matar a los insectos en el jardín de tu casa, ya que su presencia puede ayudar a mantener un equilibrio natural en tu entorno.
A continuación, puedes ver otro video con más información sobre este insecto:
