Tras dos años desde el inicio de la pandemia originada por el virus SARS-CoV-2, las autoridades de salud continúan investigando las causas de una “nueva pandemia”: el Covid-19 prolongado, un conjunto de síntomas que aparecen o persisten tras la infección y pueden durar meses o más.
Recientemente, FAIR Health, organización sin fines de lucro ubicada en Nueva York, Estados Unidos, publicó un estudio sobre los pacientes con Covid-19 prolongado a partir del análisis de decenas de miles de reclamos sobre la atención médica privada.
El informe examinó, desde el 1 de octubre de 2021 hasta el 31 de enero de 2022, un total de 78 mil 252 pacientes que contaban con seguro privado y fueron diagnosticados con Covid-19 prolongado. Sin embargo, no incluye cifras de programas de seguros de salud gubernamentales estatales o locales del país, como Medicaid y CHIP, ni se recopilan datos sobre pacientes sin seguro.
Entre los hallazgos más importantes, se encontró que la mayoría de los pacientes con ese diagnóstico (75.8%) no habían sido hospitalizados por Covid-19; el rango de edad con mayor porcentaje de casos (34.6%) fue de 36 a 50 años y quienes más lo padecieron fueron las mujeres.
Se descubrió que, aun cuando dos tercios de los pacientes tenían problemas de salud preexistentes en sus historiales médicos, 30.7% (casi un tercio) no contaba con ninguno. Esto implica que aunque una persona lleve un estilo de vida saludable, existe la posibilidad de que sufra síntomas secundarios tras contagiarse de Covid-19.
Por otro lado, los reclamos del seguro médico analizados revelaron que casi una cuarta parte de los pacientes con Covid-19 prolongado sufrían de anomalías respiratorias (23.2%); el 18.9% tenía tos y una sexta parte se encontraba con malestar general y fatiga (16.7%).